SuperPejeMan y el compló a su favor

SuperPejeMan y el compló a su favor

Día con día en la escena política mexicana y en lo que se publica en los diferentes espacios noticiosos del país, lo que vemos claramente es que el enemigo a vencer rumbo a 2018 es Andrés Manuel López Obrador. Y más aún, hay que decirlo, como están las cosas en este momento, en esta inercia operante, todo parece indicar que las condiciones se están generando para que se cumpla el gran sueño de quien sería por tercera vez candidato presidencial en 2018.

¿Un compló a su favor?

En medio del cochinero que vemos a diario en los medios de comunicación, entre arcas estatales desfalcadas, deudas millonarias heredadas por gobernadores corruptos salientes, exgobernadores fugados perseguidos por la ley, escapes negociados desde las oficinas gubernamentales para no dañar a los partidos políticos, recompensas millonarias ofrecidas para atrapar a exgobernadores prófugos, flagrantes desatenciones a las advertencias de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), las campañas anticipadas de no pocos políticos, la violencia cotidiana y la simulada y fallida lucha contra la corrupción que todo esto revela, qué podemos esperar si no es que la ciudadanía a la que ya de por sí poco le interesa la política, quede asqueada de esta actividad en grado superlativo.

Por lo pronto quienes pagarán la factura por todo lo anteriormente descrito, que es apenas una parte de lo que llega a los ojos y oídos de los mexicanos, son los partidos políticos y en consecuencia sus candidatos.

El abstencionismo es una de las consecuencias inmediatas ante un aparato y sistema políticos que no dan muestras claras de recular, de redimirse, de iniciar de una vez por todas la última gran cruzada para acabar con este deprimente espectáculo.

A esto sumémosle la victoria del Republicano Donald Trump que tiene a la expectativa y en el descontrol a buena parte del mundo y principalmente a nuestro país con sus medida antisistémicas que anuncia un día sí y otro también.

¿En este contexto quién es el gran ganador?

En definitiva Andrés Manuel López Obrador, pues aunque pertenece también a un partido político, es el único que mantiene un discurso igualmente antisistema en contra de toda esta maraña de complicidades y corrupción que representa el establishment mexicano, término con el que evidentemente nos referimos al «equilibrio» político-gubernamental-empresarial que prevalece en México con la influencia, no menor, que representan los Estados Unidos para nosotros como país.

¿Qué gran ventaja tiene AMLO?

Que no está en el ejercicio del poder y que los que sí lo están se encuentran metidos en un gran hoyo y cavando su profunda tumba, asqueando cada vez más a los jóvenes millennials que aún nadie nos ha podido decir cómo es que los sacarán a votar. No obstante el discurso antisistema históricamente ha generado afinidad en los jóvenes de algunos sectores de la población. Nota que no hay que perder de vista.

¿El discurso populista de AMLO?

Pues sí, es parte de su fortaleza y su debilidad. Debilidad porque él mismo proviene del sistema que tanto critica; fortaleza porque ese discurso populista es precisamente lo que que le dio la victoria a Donald Trump, claro que en el caso de López Obrador el populismo va dirigido en contra de uno de los factores que tan oprimido tiene al pueblo mexicano, la corrupción y la pobreza. No hay que olvidar que medio México vive en pobreza y una cuarta parte más se encuentra en situación endeble con riesgo de caer en ella. Esto nos da un total de por lo menos tres cuartas partes de mexicanos a los que algo en el discurso de AMLO les hace sentido.

En consecuencia el gran ganador y que podemos decir que hasta el momento tiene a los astros de su lado, en lo que se refiere a la carrera presidencial, es el tabasqueño.

Claro está que aunque AMLO se ha erigido como el paladín de la lucha anticorrupción, no está exento de incurrir en este tipo de acciones, no obstante al ser reconocido por la gente por este discurso anticorrupción-antisistema, poco le han afectado los señalamientos que en su contra se han hecho en este rubro, o por lo menos es lo que vemos reflejado en las encuestas.

Un escenario que podría poner en jaque a AMLO, es que llegara un candidato aún más antisistema que él, o mejor aún, fuera del sistema, que no sea político, con el suficiente empuje y apoyo de diferentes sectores de la población y el establishment. Entonces sí López Obrador deberá poner sus barbas a remojar. ¿Será esto posible?

Aquí más información al respecto:

Carlos Marín / El asalto a la razón / La gestación de un ‘presidentito’ / Milenio

Juan Ignacio Zavala / Autonomía relativa / Andrés Manuel baja de las montañas / El Financiero

Leo Zuckermann / Juegos de poder / Lo bien que va López Obrador / Excélsior