Aquí un texto bastante recomendable de Guillermo Sarquis

Aquí un texto bastante recomendable de Guillermo Sarquis

Aquí un texto bastante recomendable de Guillermo Sarquis, quien nos comparte su visión del país en materia política. Sarquis además de ser politólogo, analista y maestro de cine, es uno de los consultores de cabecera en Perceptia21, por lo que esta lectura es referente obligado para entender el momento por el que atraviesa el país.

Pienso luego insisto
“El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago”.
Dr. House

Supongo que sigue habiendo quien piensa que la necedad tiene premio y AMLO es un claro ejemplo de esto. Nuevamente es un candidato serio a la Presidencia de la República sólo que ahora al frente de su propio partido MORENA.
Andrés Manuel se ha vuelto inmune a toda crítica y sin duda practicará el deslinde como deporte conforme se acerque la elección del 2018. Sabemos que las hostilidades electorales apenas comienzan y que se van a dar con todo.
El PRI está sumido en un hoyo negro desde el fracaso electoral en junio pasado. Hoy el tricolor se encuentra dividido y su nuevo Presidente Nacional solamente hace más profunda la grieta. Viviendo en la indefinición y siendo incapaz de articular un equipo de trabajo ha propiciado un incremento importante en las diferencias al interior de ese instituto político.
Hasta el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, le envió una carta acusándolo de dividir al partido en vez de unirlo. En Durango, por ejemplo, su visita no ayudó en nada. El PRI estatal sigue sin cabeza y amenazó con enviar un delegado.
El PRI hace una apuesta riesgosa pues si bien el escenario para el 2018 se presenta pulverizado con varios posibles candidatos, está olvidando que su partido tiene al menos dos corrientes, una a favor del presidente Peña y una abiertamente en contra. Esto significa un PRI que habrá de dividirse aún más cuando llegue el momento de elegir a su candidato a la presidencia.
Por su parte Acción Nacional, que se siente el gran triunfador del proceso electoral pasado se ve llegando a los Pinos sin ningún problema. Este instituto político parece no querer ver que la unidad no es uno de sus atributos y que la disputa entre Margarita Zavala, Moreno Valle y Anaya no augura un buen final. Prueba de esto es que los propios panistas entre ellos el ex presidente nacional, Gustavo Madero le enviaron una carta a Anaya para exigirle que se defina y que deje de utilizar al partido para su posicionamiento personal. Su respuesta fue que su prioridad son los procesos electorales del 2017 en Coahuila, Nayarit y el Estado de México.
Nayarit se antoja difícil para el PAN, el Estado de México con la caída de Josefina Vázquez Mota, patrocinada por el Gobierno Federal no presenta un escenario favorable y ni que decir de Coahuila en donde un grupo de priistas quieren la cara de Humberto Moreira en su escudo estatal.
Según algunos encuestadores el panorama perfila a AMLO como el vencedor en la contienda de seguir las cosas así. Andrés Manuel lo sabe y ha aprendido mucho en el camino.
Sabe que los desatinos de Peña han dañado seriamente la imagen del PRI, eso sin contar a los gobernadores prófugos y los enormes actos de corrupción que han cometido. Además, la idea de impulsar la candidatura de Osorio Chong no parece genial y menos cuando lo oímos decir que si cayó el Chapo también caerá Duarte, aceptando de antemano la incompetencia del Gobierno Federal, que no puede resolverse con la salida de Arely Gómez de la PGR. De continuar esta situación, Andrés Manuel sabe también que ninguno de los posibles candidatos del PAN son rivales para él. No debemos olvidar que AMLO pudo recabar 15 millones de votos que en el escenario pulverizado que mencionamos arriba son más que suficientes para ganar la Presidencia.
Durante el mitin que organizó, con el pretexto de apoyar a la CNTE, dijo que, dadas las circunstancias del país, sólo Él podría ser el ganador, ya que cualquier otro resultado traería el caos y la desgracia para los mexicanos.
Está claro que su postura mesiánica no se ha modificado un ápice, aunque debemos reconocer que existe cierta mesura en su discurso producto de las experiencias pasadas, como pudimos ver cuando la visita de Donald Trump.
Según Ciro Gómez Leyva, AMLO está solicitando a Peña Nieto que acepte que el destino de México ya está escrito y se llama MORENA.
Otra prueba de que Andrés Manuel López Obrador aprendió de las elecciones anteriores en que fue candidato presidencial, es el trabajo que está haciendo su carnal Marcelo en Estados Unidos para apoyar sus aspiraciones.
El exjefe de Gobierno está aprovechando su buena relación con el expresidente Bill Clinton para apoyar a su esposa con el voto latino y crear lazos entre la muy probable futura presidenta y el candidato presidencial de Morena.
En 2018 votará por primera vez una generación que no recordará el desafuero de AMLO ni los video escándalos, miles de nuevos electores no sabrán de qué les hablan al mencionar esto.
La elección presidencial ya empezó y los votantes, estarán pendientes de la confrontación de ideas y argumentos. Decían también los encuestadores que ningún partido por sí solo podría ganar la elección presidencial si no va en alianza, pero si creen que el tema de las alianzas está definido se equivocan. Aquí opera el principio de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo y para muestra un botón.
En Michoacán, los operadores más visibles de Andrés Manuel son perredistas, no pertenecen a Morena de manera abierta, y hacen trabajo político, pero al interior del Sol Azteca no del partido de AMLO.
La gestión de Enrique Peña Nieto está creando las condiciones para el regreso del discurso de AMLO, cada escándalo de corrupción y cada conflicto que involucre a la Presidencia alimentará sus críticas a la “mafia del poder” aderezadas con el “llevo años diciéndolo”.
Qué le van a contestar los candidatos del PRI y de Acción Nacional cuando en plena campaña los vincule con Javier Duarte o Guillermo Padrés por ejemplo.
El PRI apuesta a una izquierda divida suponiendo que AMLO y el PRD representen a la izquierda, cosa que resulta una falacia. Para sustentar lo anterior basta con revisar la columna de Pablo Hiriart del pasado 20 de octubre en donde compara a AMLO con Donald Trump.
“Cortados ambos por la misma tijera autoritaria y narcisista, sólo creen en la democracia si el triunfo es para ellos. (…)
Trump dijo en el debate con Hillary Clinton que se reserva el derecho a aceptar el resultado de la elección. ¿Se espera a qué? A saber, si él gana o no.
El argumento que usó Donald Trump para descalificar por anticipado la elección presidencial es que los medios de comunicación “son corruptos” porque no están con él y lo han cuestionado.
Su inmenso ego, tan grande como el de López Obrador, no admite que otra persona gane porque la gente lo prefiere a él. (…)
Una involuntaria copia de los argumentos de AMLO, y hasta de las palabras que usa el líder de Morena, fue cuando Trump dijo que los de arriba se habían puesto de acuerdo para bloquearlo a él y favorecer a la candidata del sistema.
La democracia está en función del resultado de la voluntad de los votantes. Si ellos no ganan, no sirve esa democracia.
Sólo aceptan las reglas si ganan. Y si pierden es culpa de los medios “corruptos” y de los de “arriba” que se pusieron de acuerdo para hacerlos fracasar de manera tramposa.
Trump es un peligro para Estados Unidos, así como López Obrador es un peligro para México. (…)”
Así las cosas hasta hoy y lo mejor (peor) está por venir.