¿Trump presidente espurio?

Una cuarta parte del padrón le bastó para ganar
Una cuarta parte del padrón le bastó para ganar

¿Trump presidente espurio?

Una cuarta parte del padrón le bastó para ganar
 
No a pocos nos sorprendió el hecho de que Donald Trump haya ganado la elección presidencial estadunidense con menos votos que Hillary Clinton. Así está diseñado el sistema electoral de nuestro vecino país del norte. Aquí lo importante es el análisis del comportamiento electoral de los gringos.
 
Mucho se comenta que Hillary nunca logró prender al electorado, que tuvo un discurso plano e incluso su slogan de campaña ni sus propuestas lograron penetrar en los deseos e intereses de la población. No obstante obtuvo un mayor número de votos que Trump.
 
¿Cómo explicarlo?
 
La nota real, comenta Sergio Sarmiento en su columna Jaque Mate, que comentaremos y más adelante les compartiremos un link para que puedan revisarla, es que la abstención en esta elección estadunidense fue la más alta en dos décadas. La participación hasta el momento se calcula que apenas llegó al 55.4 por ciento contra el 60 por ciento de 2012 y el 63.7 por ciento de 2008.
 
Y aquí el gran dato que consideramos vale mucho la pena destacar. No solo Hillary fue impopular, el propio Trump también lo fue y bastante, al grado que tan sólo 26.3 por ciento de los ciudadanos empadronados sufragó él.

Aquí en México estamos acostumbrados a ese tipo de elecciones presidenciales llenas de descalificaciones, mapacherías y todo tipo de alquimias electorales, la realidad es que el electorado mexicano está harto de esto y lo manifiesta elección tras elección con su indiferencia, ausentándose de las urnas, con un importante abstencionismo.
 
Inminentemente el punto es cómo lograr que los electores salgan a votar. Por su puesto que el abstencionismo conviene a algunos partidos que ya tienen calculada su capacidad instalada de movilizar a su voto duro, a sus clientes. Pero el mapa electoral está cambiando y a los jóvenes será cada vez menos sencillo sacarlos a las urnas.
 
Los procesos electorales están siendo decididos en mayor medida por los electores adultos. Cuando llegue un candidato que en verdad logre entusiasmar a los jóvenes, los grandes abstencionistas, el mapa del clientelismo electoral cambiará y los viejos estrategas comenzarán a temblar. ¿Será?
 
Aquí la información: